Actualmente el agua
micelar se ha convertido en uno de los productos de limpieza de rostro
estrella, ¿Cuál es el motivo de ello? Aquí te lo contamos!!
Tras un largo día expuestos a los agentes externos, nuestra
piel necesita descansar y qué mejor que darle el cuidado que se merece con el agua micelar, un tres en uno:
desmaquilla, hidrata y tonifica.
Lo más común entre las mujeres hasta hace poco tiempo era
usar una leche desmaquillante, pero el agua micelar ha venido a superar ese producto de forma que no
se necesita arrastrar el algodón por la cara, no arrastrando así la suciedad,
al contrario, basta con unos toques con el algodón empapado en agua y presionar
suavemente sobre la zona a desmaquillar, ya sean ojos, labios, pómulos o
cualquier otra parte del rostro.
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El agua micelar
no irrita y se compone de unas partículas llamadas “micelas”,
moléculas que atrapan la suciedad y el sebo del rostro y lo transportan de una
manera excelente a través del agua.
Es apta para todo tipo de pieles, en especial para las
pieles mixtas o grasas, pero en cualquier caso no puede hacer daño alguno, ya
que antiguamente este tipo de agua se usaba para tratar las heridas por
quemaduras.
Tras usar este producto no hace falta utilizar ningún tipo
de tónico, pues sirve para lo mismo, de ahí su gran eficacia, pues si se usa
una leche desmaquillante es más que aconsejable usar a continuación
un tónico para el rostro.
Particularmente yo uso el Agua Micelar de Garnier para
pieles mixtas, cuyo precio ronda los 5 euros, pero la cantidad (400 ml) dura
bastante (más o menos un mes) dejando la piel suave y fresca.
¿Te animas a probarlo?